sábado, 4 de diciembre de 2010

Carta a Rousseau


Por: J. SALVADOR J. VALDÉS CERVANTES

Santa Clara del Cobre, Mich., diciembre 4 del 2010.

J. JACQUES ROUSSEAU.
Estimado colega.
     Una vez más en comunicación contigo, esperando que en los avatares académicos mantengas el ánimo de seguir contribuyendo en la formación de conciencias, que de alguna manera a la luz del conocimiento, tengan posibilidades de éxito ante la diversidad de problemas para sobrevivir en esta sociedad tan conflictuada.
     Te comento de los últimos acontecimientos en el ámbito de la formación y actualización, favorecidos al interior del Colegio de Bachilleres del Estado de Michoacán, para el personal docente adscrito a la Coordinación Sectorial número cuatro con sede en Pátzcuaro y en donde es significativa la colaboración del Centro de Investigación y Desarrollo del Estado de Michoacán. En esta ocasión las actividades sabatinas han tomado como referente el documento de análisis “En Torno al Concepto de Epistemología” de Andrés Martínez Marín y Francy Ríos Rosas, investigadores de la Universidad de Oriente en Venezuela.
     En relación con la Epistemología me motiva el recuerdo del diálogo de Galileo con su discípulo Montanari, citado en CIENCIA A LA SOMBRA DEL VATICANO (2007) de John Heilbron, que te remito a la letra:
       MONTANARI: ¡ Oh gran Galileo ¡ He leído la diatriba que, con razón, dirigís contra los filósofos que odian, como si de la peste se tratara, la frase “NO LO SÉ”. ¿Qué puedo decirles a mis alumnos sobre el vacío en el tubo del barómetro y en el recipiente de una bomba de aire?
       GALILEO: ¿ Entiendes el infinito?
       MONTANARI: Sólo entiendo que no poseo el intelecto para entenderlo.
       GALILEO: ¡ Bravo!...Has aprendido todo lo que puede entenderse sobre el infinito.
   Te preciso que en la práctica docente compartida contigo hace algunos ayeres, siguen latentes los acercamientos filosóficos para la explicación y representación del mundo natural,   social y espiritual que nos da esencia. Recordarás en el caso, de la facultad cognoscente del hombre, cómo se constatan las características básicas de que goza la ciencia, por ende el conocimiento científico, en ambos se aplica la noción de episteme, tal como se denominaba al verdadero saber entre los griegos, por oposición a la mera opinión que se consideraba saber infundado. Y, así, la filosofía de la ciencia resalta el aspecto provisional del conocimiento científico e insiste en que la ciencia es sobre todo aquella actividad racional que consiste en construir teorías, para someterlas a la prueba del experimento; de ahí que lo que caracteriza al desarrollo de la ciencia no sea precisamente la acumulación de conocimientos, sino la indagación de la verdad persistente y temerariamente crítica.
   Con la acertada conducción del Maestro José Guadalupe Bermúdez Olivares y la participación en ocasiones sorprendente de los compañeros, hemos puntualizado, en un primer momento, el significado etimológico de la epistemología, señalando que es el estudio del conocimiento o estudio de la ciencia, y puede entenderse como la rama de la filosofía que estudia los problemas del conocimiento. Este término que empieza a generalizarse a finales del s.XIX, sustituyendo al más antiguo de teoría del conocimiento y, luego, al de gnoseología, por lo que no siempre se usa con idéntico sentido. Cuando se le atribuye un significado tradicional y clásico, se refiere al estudio crítico de las condiciones de posibilidad del conocimiento en general, ocupándose de responder a preguntas como: ¿qué podemos conocer?, o ¿cómo sabemos?. En este caso, su objeto de estudio alude a la teoría del conocimiento. Pero así mismo se le atribuye la función de ocuparse de la ciencia y del conocimiento científico, como objeto propio de estudio, por lo que se identifica con lo que, sobre todo en países de influencia anglosajona, se llama más adecuadamente filosofía de la ciencia, que resalta el aspecto fundamental del conocimiento.
   En precisiones epistemológicas, y en relación con la teoría de la ciencia hemos concluido del como la naturaleza, diversidad, orígenes, objetivos y limitaciones del conocimiento. Que en el tránsito histórico se conformaron paradigmas como el Racionalismo (PLATÓN con la teoría de las ideas, DESCARTÉS con la duda metódica, SPINOZA con extensión y racionalidad, LEIBINITZ con mónadas, y POPPER con tipos de realidad –objetiva, subjetiva y cultural.), el Empirismo (BACON con la sustitución de lo deductivo por lo inductivo, LOCKE con el conocimiento sensible, HUME con las impresiones sensibles, BERKELEY con la percepción, COMTE con los datos medibles-cuantificables, CÍRCULO DE VIENA con las verdades lógico-matemáticas), la Fenomenología (HUSSERL con vivencias que suceden en la conciencia y HEIDEGGER con la comprensión e interpretación), y la Hermenéutica (GADAMER con la comprensión interpretativa).
   Al retomar el tema de la epistemología me confirma del quehacer educativo, que en múltiples ocasiones contigo hemos discutido, cuando referimos de la praxis y el compromiso social de quienes nos desempeñas en la docencia y del como se requiere de talento para lograr aprendizajes significativos en el aprendiz y así, la construcción del conocimiento ha seguido una larga ruta de que el ser humano es un sujeto pensante, capaz de explicar el universo y el mundo social, que la acción de conocer, comprender y explicar la realidad ha sido muy discutida en la religión, la filosofía y la ciencia, que se ha intentado distinguir los tipos de conocimiento intuitivo, empírico, filosófico, religioso o científico. En el ámbito del conocimiento científico, a su vez hay que distinguir el que nos proporcionan las humanidades, las ciencias sociales y las experimentales. Y de la misma manera, diferenciar cuándo y por qué las ciencias han sido clasificadas.
   A manera de conclusión es de señalar que el conocimiento es una imagen o representación que el intelecto humano va construyendo a lo largo de la historia, con el fin de dar sentido y significado a su realidad, y que el cúmulo de conocimientos  permite orientar nuestras acciones, dirigir nuestra individualidad hacia una determinada forma de vivir. Que el proceso de conocer es una forma de relación entre el ser humano y el mundo que le rodea. Es una relación cognoscitiva que ha sido estudiada por la filosofía desde sus orígenes. La filosofía se ha dedicado por el tema del conocimiento, cuál es su origen, tipos de conocimiento y si lo que se conoce es falso o verdadero. Que actualmente la teoría del conocimiento distingue al sujeto que conoce, el objeto que se busca conocer, los medios por los cuales se conoce y la veracidad del conocimiento.
   Como en otras ocasiones, me permito al despedirme, remitirte cordiales saludos y reiterarte el deseo de seguir por los derroteros del conocimiento, a fin de mantener vigente la divisa de que: “SOLAMENTE LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES”.

2 comentarios:

  1. Hola Salvador y Juan Jacobo,perdón por meter mi cuchara en sus pláticas. Oigan, ¿y cómo ven eso de "la complejidad", que trata de conocer cómo conocemos? Dicen los que saben sobre eso de complejidad que, en cuestiones de educación, ya no se da tanto lo del sujeto que conoce (digamos, el maestro), y el objeto que se busca conocer (digamos, el alumno), sino que ahora hay igual relación de comunicación entre el objeto (el alumno), con el sujeto (el profe), pues el primero puede enseñar al segundo.
    Por cierto que el "pensamiento complejo" trata de juntar todas las filosofías de la ciencia (digamos el conocimiento de la biología, el conocimiento de las ciencias sociales, el conocimiento de la física, etc.), y contextualizarlas en el conocimiento de la persona dentro de su comunidad, todas trabajando al mismo tiempo (eso que se denomina transdisciplinariedad), para saber cómo se conoce dentro de nuestra comunidad, pues la complejidad, finalmente, no es más que conocer cómo vivimos nosotros dentro de nuestro grupo social, ¿quee tal, eh?
    Un abrazo, Salvador y Juan Jacobo.
    Escárcega.

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  2. Hola Salvador.

    Como dice Juan Escarcega, el eje orientador del análisis en la sesión grupal efectivamente fue esa: no nada estático y si, por el contrario, una relación didaléctica de impacto y modificaciones de uno al otro y viceversa, es decir el sujeto se transforma en la relación con el objeto y los sujetos juegan la doble función: ser sujetos y objetos según el fenómeno y el momento de estudio, pues el alumno, haciendo referencia a lo que expresa Juan, no es pasivo nunca, aunque no hable nos emite mensajes y nos provoca cambios a quienes estamos en el otro rol de momento, al maestro. La complejidad por tanto reconoce esta valía y por eso plantea un regreso a la vida cotidiana, con una nueva racionalidad científica. En efecto, así es amigo Juan Escárcega y amigo Juan Jacobo. Y si no es así entonces que lo explique Salvador.

    Adelante

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